Por estos días el antiguo edificio del Museo Cancebí está rejuveneciendo. La estructura está en un proceso de restauración valorado en 50 mil dólares, pero implica mucho más que pintar una fachada o cambiar tablas.

Ramiro Endara, arquitecto a cargo de los trabajos, explica que lo primero que hay que tomar en cuenta es el sistema constructivo de la casa. 

Una vivienda antigua tiene  materiales que ya muy poco se ven en estructuras modernas, por ejemplo: madera, caña y empañete (una mezcla de tierra, pedazos de ladrillo y paja con la que se cubren las paredes).

En el caso del Museo Cancebí, antes hotel Aragonés, es una estructura de madera y caña. Ya ha sido restaurada por dos ocasiones. Tiene madera como guayacán, chanul, colorado y tangaré.

Cuenta con balcones y ventanales grandes.

La primera fase del trabajo implica la restauración de la madera con químicos especiales. También trabajan especialistas en tallado y restauración de madera.    

Luego sigue la conservación y mejoramiento de los objetos antiguos que se exponen en el museo. En aquello labora otro restaurador.  

También cambiarán el sistema eléctrico y de iluminación. En todo esto trabajan 20 personas.  

La casa cumplirá 100 años en octubre. Fue construida por el empresario Ramón Azúa. Luego la casona fue adquirida por Pedro Quiles, un español residente en Manta, quien la convirtió en el hotel Aragonés. 

 

>Objetos. Fernando Yunga es uno de los restauradores. Él mejorará la madera al interior de la casa y los cerca de 300 objetos como vitrolas, tocadiscos, máquinas de escribir, trompetas, entre otros. 

Dice que para esto utilizarán químicos importados desde España. Otros recibirán un trabajo más profundo, ya que tienen más de 100 años y están deteriorados. El museo cerró sus puertas desde el lunes y por 45 días, informó María Elena Molina, directora de Cultura del Municipio de Manta.