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Rocafuerte
Ni la muerte separa a Pepita de su esposo

Lo imagina y sus ojos se cristalizan, su mente viaja en el tiempo y recuerda a quien le otorgó décadas de alegría.

Lunes 23 Julio 2018 | 10:00

 Viste de medio duelo, su proximidad con Dios la mantiene con una sonrisa a todo el que la saluda. 

“Mi nombre es Pepita Saker viuda de Romero”. Así se presenta siempre ante quienes ingresan a la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Rocafuerte. 
El destino la apartó de Pedro Honorio Romero hace cuatro años a causa de un derrame cerebral. Recuerda que fue un 16 de julio, en las fiestas patronales de su cantón. “Nos faltaban seis meses para los 50 años de casados”, comentó Pepita con nostalgia.
Señaló que por un año luchó para que él se aferrara a este mundo. “No soportó el tratamiento y tuve que verlo partir”, agregó mientras secaba su rostro por las lágrimas.
Su historia de amor comenzó cuando estuvo como interna con las oblatas. Sostuvo que en ese tiempo estuvieron tres años de novios. Indicó que siempre lo amó por su cortesía y caballerosidad.
Servicio. Pepita explicó  que su esposo siempre la dejó servir a la Iglesia.
Ella tiene 75 años de edad y durante 25 ha colaborado con varios representantes religiosos. “Me llaman la abuelita del servicio de Dios”, agregó Pepita mientras ofrendaba rosarios, escapularios y estampas de la Virgen María.
Su compañía es la soledad, en su hogar mantiene vivos los recuerdos, rosas y flores que riega cada día. 
“En cada pétalo veo a Dios, quien me ha otorgado un buen propósito”, aseveró.
La Iglesia es su segundo hogar, por eso renueva cada año su cargo como ministra de la eucaristía. “Yo, de Romero seré hasta que me vaya”, expresó.

 

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