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Más niñas son madres

En el distrito de salud y en el hospital Rodríguez Zambrano de Manta se ha incrementado el número de partos en adolescentes.

Lunes 23 Julio 2018 | 11:00

Nohemí recibió como regalo de  cumpleaños  un bebé de verdad.

Ella cumplió 16 años el sábado 30 de junio y ese día su hijo apenas tenía dos días de nacido. 
Este caso forma parte de la lista de embarazos a temprana edad que se atienden en el hospital Rafael Rodríguez Zambrano.  El año pasado atendieron 742.
Nohemí nunca se imaginó sentir a su edad un dolor tan fuerte como el de parir  a su hijo, pero  también  fue un sentimiento de felicidad indescriptible.
Ella se enteró que estaba embarazada cuando tenía tres meses después de haber cumplido 15 años. 
Las primeras semanas de su embarazo pasó con muchas molestias. Náuseas, acidez estomacal y mareos fueron algunos de los síntomas  que tuvo.
Nohemí contó que a su edad el rol de madre no le asusta, porque tiene el apoyo de su pareja y su familia, pero sí aceptó que no todo es color de rosa, porque tuvo que dejar de estudiar por el embarazo. 
Desde hace diez meses sus prioridades cambiaron. 
Ahora ella no dedica su tiempo a los deberes escolares, ni a navegar mucho en internet porque el pequeño Thiago se convirtió en el centro de su mundo. 
El padre de su hijo es adolescente igual que ella. Tiene apenas 17 años. 
La inexperiencia y los nervios le dificultaron tomar en sus brazos por primera vez a su hijo. A pesar de eso no dejó de expresar que es la experiencia más bonita que ha vivido. 
En casa su mamá y su suegra la ayudan en estas primeras semanas, pero luego deberá vencer los nervios de una madre primeriza para cuidar sola a su bebé.
Sheila es otra adolescente que se convirtió en madre a sus 16 años. La decisión de irse a vivir junto a su novio la tomó a los 12 años, porque sus padres no aceptaban su relación.
A pesar de los problemas quiso  esperar para tener un hijo, porque le daba mucho miedo. Ahora, cuatro años más tarde y con una hija en brazos, reflexionó sobre su decisión: “Sé que a esta edad estoy viviendo algo muy apresurado y que aún no nos tocaba vivir, pero los jóvenes somos así de rebeldes. Nunca escuchamos consejos, pero hoy ya no nos arrepentimos”, reconoció.
Su embarazo fue tranquilo, pero a pesar de eso las 40 semanas de gestación las vivió en casa, en su estado estaba consciente que era poco lo que podía hacer fuera del hogar. 
Sus desvelos aumentaron desde el jueves 26 de junio, cuando nació su hija. 
Aunque su pequeña no se despierta a cada instante, Sheila no logra conciliar su sueño, porque tiene miedo que le pase algo a su bebé. 
“He escuchado tantos casos de niños que se ahogan y eso me trauma y no puedo dormir bien. Prefiero velar sus sueños, yo tal vez después tenga tiempo para dormir un poco más”, dijo. 
El dar de lactar fue otra de las pruebas que tuvo que pasar. Al ser primeriza no tenía desarrollado totalmente sus senos y tampoco se le habían formado los pezones. Después de una lucha constante logró darle el pecho a su hija y eso lo consideró  todo un triunfo. 
Cambiar pañales y coger a su bebé no le es complicado, ya que en tiempo practicó con los hijos de sus amigas y de sus primas.
 
Cifras.  El número de pacientes embarazadas en edades que van desde los 12 hasta los 19 años ha incrementado en estos últimos años en Manta. Así lo determinan las cifras que manejan en el hospital.
Mientras que en el área de Salud, según su departamento de Estadísticas, en lo que va del año ya han atendido en controles a 642 embarazadas adolescentes. 
El año pasado se hizo el control prenatal a un total de 760 adolescentes en los 31 centros de salud de Manta, Montecristi y Jaramijó, que integran el distrito.
En la maternidad de la parroquia Eloy Alfaro la obstetriz Narcisa Izquierdo contó que de los 40 casos de partos que contabilizan al mes, la mitad son de adolescentes, e incluso hay meses donde se supera esa cifra.
Pero los embarazos en adolescentes no solo están marcados por la responsabilidad que conlleva el convertirse en madre a su edad, sino que representan también un riesgo para su salud. Las principales complicaciones, según explicó la obstetriz, son partos prematuros, preeclampsia, diabetes gestacional, anemia, desnutrición y con frecuencia las hemorragias pos parto.
Izquierdo dijo que  “en las adolescentes se prolonga mucho la labor de parto, porque el útero de ellas aún no ha culminado su desarrollo total, es allí cuando  no realiza bien las contracciones y el útero se ablanda mucho, ocasionando la hemorragia”.
El problema de sangrado también puede ser originado por el desgarro del útero, que se produce en el parto cuando el bebé es muy desarrollado, añadió. 
La especialista dijo que hasta ahora lo que se evidencia es una falta de planificación familiar, porque son pocas las  chicas, de incluso 12 o 13 años, que acuden al subcentro a preguntar por métodos anticonceptivos, y lo hacen con vergüenza o  van acompañadas de amigas y no de su pareja.
“También hemos podido determinar que en casa no hay apertura para hablar con los padres sobre  sexualidad”, recalcó. 
 
Control. En estos embarazos hay falta de control prenatal. Muchas chicas quedan embarazadas y solo acuden al hospital o al subcentro cuando ya van a dar a luz, lo que origina complicaciones en el parto. 
En este subcentro, desde el año pasado hasta lo que va del 2018, se han atendido por el área de emergencia a tres casos de adolescentes embarazadas con VIH. 
Según la obtetriz, el acompañamiento que se da es poco porque estos casos se han detectado ya en una etapa muy avanzada de la gestación.  
Isabel Lema, jefa del área de obstetricia del hospital Rodríguez Zambrano, dijo que en esa casa de salud se han atendido partos de adolescentes de incluso 12 años. Con estos casos hay que tener mucho cuidado por todo el riesgo que representan. En la mayoría son chicas que vienen con sus mamás porque la pareja con el que mantuvieron relaciones  es también un adolescente y no se hicieron responsables, dijo.
“Lo primero que dicen las mamás de esas chicas es que cómo le van a exigir a ese niño hacerse cargo de otro niño. La situación es realmente preocupante porque el número de estos casos van en aumento”, reconoció.  
 
Psicológico. La psicóloga Isabel Figueroa explicó que en los casos de adolescentes con embarazo precoz, ellas pierden el disfrute de esa etapa como tal.
En la mayoría de estos las chicas dejan de estudiar, con esperanzas de que luego retomarán su carrera, pero esto casi nunca ocurre. 
“El ser mamá en la adolescencia  es  un tema complejo, amerita desmenuzarlo desde la realidad que viven en sus hogares, la comunicación que mantienen con sus padres, la falta de valores y la confusión que hay en la adolescencia  a creer que porque hay apertura para hablar de sexualidad en casa es porque los están  induciendo a ello”, explicó la psicóloga.
Aclaró que no se trata de que los adolescentes crean que el sexo es malo o dañino, se trata de que vivan por etapas sin saltarse ninguna, y sobre todo que aprendan a experimentar las cosas en el tiempo correcto.
Figueroa dijo que a diario en el laboratorio del Patronato Municipal llegan entre dos y tres menores de edad  a realizarse los test de embarazos.  Allí las laboratoristas se  convierten en consejeras de las chicas, sea cual sea el resultado.
Un informe denominado “Mujeres ecuatorianas, dos décadas de cambios”, que fue presentado en el 2016 por ONU Mujeres, alertaba desde ya que Ecuador ocupa el primer lugar en la región andina, y el segundo en América Latina –solo superado por Venezuela-, respecto a embarazos en adolescentes.
La investigación cita datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y señala que en los últimos 10 años el incremento de partos de adolescentes, entre 10 y 14 años, fue del 78% y en adolescentes entre 15 a 19 años, del 11%.
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