Actualizado hace: 928 días 10 horas 41 minutos
Lo bueno, lo malo y lo feo
Lo bueno, lo malo y lo feo
Por: Pedro Vincent Bowen
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Domingo 22 Julio 2018 | 04:00

Empezaré por Manta, ciudad en la que nací, en la que vivo y en la que aspiro morir cuando me toque.

Lo bueno: que la ciudad-puerto-balneario, orgullosamente manabita, se ha convertido en la preferida para la realización de todo tipo de eventos. Ya es común contar aquí con la visita de organizaciones profesionales, clasistas, turísticas, promoción de vehículos, ferias de la construcción, exposiciones de productos de índole variada, competencias deportivas nacionales e internacionales de todo tipo, asambleas generales gremiales como la de los taxistas en representación de los sindicatos del país, etc. etc., que sería largo enumerar. Las consecuencias de esta positiva avalancha, resultan provechosas y convenientes por doquiera se las mire. Quien lo dude, puede preguntar a los taxistas y en los hoteles, hostales, restaurantes y otros sitios de alojamiento y alimentación, cómo les va $$$ en los últimos tiempos.
Lo malo: la inesperada y sorpresiva instalación en el centro citadino de máquinas  “tragamonedas” encargadas de controlar, tarifar y sancionar el tiempo de aparcamiento de los automotores de quienes por diferentes razones ocupamos temporalmente los espacios que la municipalidad los ha destinado para el efecto, sin que previamente haya sociabilizado (no socializado) y difundido esta medida, a cuya ignorancia ciudadana (incluyéndome yo, como siempre) está causando serios malestares, rechazos y protestas.
También en este rubro, debemos incluir la forma inapropiada y antitécnica en que se realizan los trabajos llamados de “regeneración urbana”, consistentes en abrir huecos y zanjas por todos lados. Se cierran calles sin son ni ton de manera evidentemente absurda, al extremo de que en muchos sectores no hay cómo salir ni llegar a los hogares de cada quien y de cada cual. Ya lo hemos dicho en comentarios anteriores: las incomodidades de hoy causadas por  los trabajos de la “regeneración urbana” serán el bienestar del mañana. Clap clap clap. Pero (el infaltable), mientras las cosas se hagan con planificación y distribuyendo los contratos entre varias empresas para que las obras se concluyan lo más pronto posible. La clave: no monopolizar los contratos, señor Municipio.
Igual, podemos decir de los radares fotográficos que se instalan para sancionar con multas y rebajas de puntos a los conductores que sobrepasen los límites de velocidad en determinadas vías de la ciudad, sin que previamente se hayan colocado las respectivas señaléticas que permitan que los ciudadanos conozcamos cuáles son esos límites.
Por último, quisiéramos conocer ¿Cuál fue el concejal que mocionó que el Concejo aprobara que el pingüe negocio de los foto-radares, el parqueo tarifado y la revisión de los vehículos para la renovación de las matrículas, se repartiera $$$ el 40 por ciento para la Municipalidad y $$ el 60 por ciento para la empresa Transire, ah?
Lo feo: para la próxima semana, tiene que ver con el Mall del Pacífico y sus detractores. 
 
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