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Bomberos
En Manabí hace falta 778 bomberos

La cifra golpea: en Manabí hacen falta 778 bomberos. Con ese número extra, en los 22 cantones, se cumpliría la norma de la Unión Europea.

Martes 10 Abril 2018 | 11:00

La organización aconseja que en un país exista, al menos, un bombero por cada mil habitantes.

Los equipos periodísticos de El Diario han recorrido cada uno de los cuarteles y realizado una sucinta radiografía.  
La carencia de bomberos es mayor en Portoviejo (153), Manta (106), Chone (79) y Jipijapa (54). En el número de bomberos faltantes se consideran solo los rentados, mas no los voluntarios. 
En casi todos los cuarteles se replican las necesidades. 
Incluso en algunos, como Jipijapa y Montecristi, las motobombas están vetustas, con desperfectos y en otras ni siquiera hay, como en las parroquias del cantón 24 de Mayo. 
En Jama deberían tener 25 bomberos, pero solo hay seis. 
Lo admite, resignada, María Ramírez, jefa del improvisado cuartel, que es más bien una covacha de caña y plástico. 
La carencia de rescatistas se evidenció el 16A. 
La situación es extrema y por eso, según los encargados de los destacamentos, se pone en entredicho la gestión de los municipios (que asumieron esa competencia), de los mismos cuarteles e incluso salpica a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. 
De los 22 cantones, 18 cabildos tienen las competencias. Cuatro de ellos  -Pedernales, Jama, Manta y Flavio Alfaro- aún son autónomos. 
Desde el 2010, el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad) determina que los cuerpos de bomberos serán considerados como entidades adscritas a los municipios y funcionarán con autonomía administrativa, financiera, presupuestaria y operativa.
Todo se va en sueldos. Los jefes de los cuarteles de Junín y Pichincha, por ejemplo, coinciden que entre el 85 % y 70 % del presupuesto anual se les va en pago del personal administrativo. 
Es decir, no hay dinero suficiente para equipamiento. 
Johan Loor, coordinador zonal de la Secretaría de Gestión de Riesgos, muestra sus dudas sobre el manejo presupuestario. 
“Los que no son todavía municipales, y se mantienen con tasas, dicen que se les va en gasto corriente. Sin embargo, la mayoría de bomberos es voluntario. Los gastos administrativos serán cuatro o cinco personas, en municipios pequeños. Tienen que ver mucho el tema administrativo. Tendría que ser un poco más creativo y ver cómo genero financiamiento”.
La situación de los bomberos de la zona norte y centro se asimila a lo que sucede en el sur de Manabí. 
Hoy mostramos la ficha de ocho cantones (ver cuadros).
Limitaciones. Aquel 16A, Manta vivió una escena impensable: ciudadanos que asaltaron los cuarteles de bomberos. 
Pero no fueron actos de delincuencia común. Era la desesperación de quienes buscaban herramientas para rescatar a familiares, amigos o vecinos sepultados bajo toneladas de escombros. 
Juan Carlos Medranda, jefe de rescate de esta institución, recuerda aquellas escenas. 
Dice que en ese momento no podían discutir con las personas por las herramientas.
Manta, de hecho, fue la ciudad con más víctimas mortales: 219; mientras que 6.908 hogares resultaron damnificados.
En el 2017 este Cuerpo de Bomberos invirtió 200 mil dólares en  equipos para rescate en estructuras colapsadas, sin embargo, eso no ha sido suficiente: faltan cámaras especializadas y dispositivos acústicos, cuyos valores pueden llegar a lo ya invertido.
“Equipos siempre van a hacer falta, sobre todo para un terremoto de esa magnitud”, admite Medranda. 
Y revela que si vuelve a ocurrir un evento natural de similar magnitud ningún destacamento de Manabí podrá reaccionar debido al número limitado de personal.
“En Manta necesitamos más de 200 bomberos rentados”. Por eso, tratan de capacitar a líderes barriales para que presten su ayuda en caso de una emergencia. 
El tema de la infraestructura en Manta tampoco ha cambiado en dos años. Las paredes de los cuarteles siguen cuarteadas.
Sofonías Rezabala, jefe de esta entidad, asegura que requieren de unos 230 mil dólares para las reparaciones. 
Esos recursos los solicitaron al Gobierno, aunque no se concreta la ayuda.
Sin oficinas. En Puerto López ocurre lo mismo. 
No tienen oficinas propias ni recursos para adquirir herramientas, mucho menos para construir un nuevo destacamento.
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