De esos 352 fueron calificados “de bastante consideración”, mientras otros 7.742 temblores fueron calificados de “no percibidos” por el Centro de Alerta Temprana.
Según los expertos del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, la diferencia entre ambos tipos está relacionada con la magnitud del fenómeno telúrico y también con la profundidad de los mismos.
Este aumento en la cantidad de movimientos telúricos se explica porque existe un mayor número de estaciones instaladas, lo que permite detectar y localizar sismos de menor magnitud.
ESTUDIOS. El país recuerda los dos grandes terremotos de los últimos años: el de Illapel en el 2015 y el de Chiloé en el 2016, además de la secuencia de movimientos frente a las costas de Valparaíso en abril del 2017.
El informe destaca que generalmente en Chile, por cada sismo de magnitud 7 en la escala de Richter, hay aproximadamente diez temblores de magnitud 6; otros 100 eventos de magnitud 5 y así sucesivamente.
El director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, aseguró que Chile “es uno de los países más sísmicos del planeta y esta cifra anual es principalmente el resultado del robustecimiento de nuestra red de monitoreo”.
“Ello nos permite detectar y observar un espectro de actividad sísmica mucho más amplio, y con mayor detalle”, dijo.
Chile, que está asentado sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, registra desde la época de la Colonia al menos 80 terremotos, que solo en los últimos 60 años han causado 40.733 muertos.
El Cinturón está situado en las costas del océano Pacífico. Incluye a Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá, entre otros.