Además de sortear apreciaciones legales sobre la validez de sustituir al funcionario - mediante terna que debe enviar a la Asamblea Nacional para que esta escoja al sucesor de Glas -, recordamos que también es su responsabilidad de seleccionar a los candidatos para tal dignidad, cuya importancia lo sabe muy bien por haberla ostentado durante los varios años que sirviera de compañero al expresidente Rafael Correa, ahora su principal detractor.

En décadas pasadas surgieron casos de distanciamiento entre las dos principales autoridades, lo que determinó que, con el tiempo, de la obligación de presidir varios organismos nacionales y sustituir al presidente hasta en sus ausencias temporales, ahora las atribuciones del vicepresidente han sido mermadas por cambios constitucionales, refundándolo solo a aquellas que el primer mandatario le encargue y sustituirlo en caso de  que se ausente definitivamente.

Creemos, entonces, que Moreno debe obrar de la manera más patriótica posible, pensando en el bienestar del pueblo ecuatoriano antes que únicamente en su sostenimiento como figura política. 

Tiene 15 días para enviar la terna, pero ha anunciado que lo hará en el menor tiempo posible. Mientras, en Manabí sigue cocinándose la aspiración de que vaya un manabita.