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Valdés, una leyenda en silencio

Víctor Valdés lo obtuvo todo con el Barcelona y hoy prefiere llevar su vida en el anonimato.

Jueves 04 Enero 2018 | 04:00

Desde aquella rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha que lo privó de seguir brillando como arquero del Barcelona, en el 2014, la vida de Víctor Valdés tuvo un giro drástico y se fue alejando paulatinamente del foco de la fama.

Ya retirado del fútbol y con 35 años, el español le puso punto final a la historia y tomó la decisión de desaparecer de las redes sociales. “No me gusta la fama. Espero que cuando se apague la luz, no me encuentren”, había avisado en una entrevista en el 2015.
Y cumplió. El 1° de enero compartió un mensaje con sus seguidores y desapareció. “Gracias por todo”, escribió. Y así se fue, sin dejar rastros.
La lesión. Aunque afectó enormemente el desarrollo de su carrera, aquel partido ante el Celta de Vigo le cambió la vida. “La lesión de rodilla me hizo volver a sentir lo que es la vida fuera de ser futbolista. Y la vida del fútbol es una vida irreal”, afirmó en una nota con el periodista Marlon Becerra.
El arquero viajó a Alemania para llevar a cabo su extensa recuperación, y fue allí donde pudo “volver a la vida real”. “Gracias a la actitud de la gente de Augsburgo, yo pasaba desapercibido en el tren y en la calle, algo impensado en Barcelona. Y doy gracias a Dios que volví a tocar monedas después de tantos años. Ahora recuerdo esos tres meses. Vengo de comprar el boleto de tren, con mis muletas y mi música. Y solo”, valoró.
Los otros equipos. Por eso no sorprendió su bajo perfil en los últimos años. Luego de su recuperación, pasó por varios clubes: Manchester United (Inglaterra), Standard Lieja (Bélgica) y Middlesbrough (Inglaterra). Pero nunca volvió a ser aquella estrella de la era de Pep Guardiola.
Algo que también había avisado: “Yo no seré nunca más una súper estrella. Yo he estado ahí y el fútbol te aparta. Te lesionas la rodilla y otro: tú ya no vales. Soy como un niño con zapatos nuevos”. En el primer día de este 2018, dio un paso más en ese camino. Cerró su cuenta de Twitter, que tenía más de 5 millones de seguidores, y borró el contenido de la de Instagram. Sin grandes luces, tal como fue su deseo, puso el punto final a un capítulo de su vida. Un intento para nada despreciable para encontrar la verdadera felicidad.
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