Como cínica califican la denuncia del expresidente Correa y Ricardo Patiño en la OEA, sobre el “rompimiento constitucional” del llamado a la consulta de febrero 4, cuando ellos en su gobierno tanto despotricaron contra esa institución hemisférica e igualmente, en inicios de su gobierno, peor maniobraron para defenestrar a legisladores. Dicha consulta es un clamor de la ciudadanía para enterrar legalmente las inconstitucionales reelecciones indefinidas y las “linduras” del llamado quinto poder, gran herramienta del “correato”, entre otros importantes puntos; vaticinándose un amplio “si” a estas 2 preguntas  y también con menor margen a las otras.

Luego de esto Moreno tiene la vía expedita y sin ligaduras podrá liberarse del controvertido Socialismo del Siglo XXI, para sin demoras estimular las iniciativas individuales y su consecuente capacidad de producir, atrayendo a la vez a la inversión privada foránea sin endeudamiento público, el que nos tiene con el crudo exportable comprometido por varios años, nefasta herencia del economista Correa. Sin pausa deberá continuar con esta tónica democrática para que el pueblo se pronuncie sobre otros tópicos como la derogatoria del dogal que es la Ley de Comunicación y las trabas a la fiscalización e informes previos de Contraloría sobre las contrataciones de los entes gubernamentales, sin descuidar la lucha contra la corrupción, la que debe extenderse a todos y cada uno de quienes manejaron los cientos de miles de millones de la lotería petrolera en la ya calificada “década robada”. 

Aplicando estas elementales medidas, Moreno estaría ganándose su justa reelección al dimensionarse como estadista y se ubicaría en la historia positiva de la patria, en contraste con el coleccionista de PhD y más títulos que fue su predecesor y del que se percibe, Ecuador quiere olvidarse, salvo la obligación que él tiene de darnos cuentas de la corrupción y perjuicios endilgados a su gobierno de más de 10 años.