Actualizado hace: 930 días 3 horas 48 minutos
El comercio está ganando espacio

Productores capacitados para producir alimentos sin químicos asisten a ferias que se organizan en varios puntos del país.

Domingo 31 Diciembre 2017 | 04:00

Esta vez, alrededor de 15 organizaciones y asociaciones de productores estuvieron hace poco en los pasillos del complejo Ecopark, en la vía a Nayón, al norte de Quito. Pero suelen recorrer casi todo el país ofertando sus productos en diferentes espacios.

En este tipo de ferias ecológicas se unen productores de la Costa, la Sierra y la Amazonía con frutas, legumbres, verduras y productos elaborados (como harinas, mermeladas, golosinas…), que tienen buena cogida por quienes los visitan.
La mayoría de quienes forman parte de estas ferias son mujeres de pueblos indígenas del país, trabajo que, según María Lastenia Colcha, oriunda de Cayambe, les permite mejorar la situación económica de sus familias y contribuye a una adecuada alimentación para quienes compran sus productos. Así lo explica la noticia publicada por La Hora. 
 
Entre desconocidos y deliciosos. Algunos de los alimentos ofertados suelen ser desconocidos para la mayoría de los clientes, como el sacha inchi o maní del inca (semilla del árbol del mismo nombre), que es un gran aporte nutricional; el morete (el fruto de una palma), que se consume como fruta; o el yuyo (tallos y hojas verdes), usado para ensaladas y sopas que junto a la guayusa y la chonta de palma (palmito) ofrece Jorge Grefa. Cuenta que son productos que salen de las chacras que cultivan y cuidan los hombres y las mujeres de las comunidades kichwas de Napo, que se han juntado para mejorar su alimentación y ofrecer productos de calidad.
Manuela Omari Ima Omene exhibió bisutería confeccionada con semillas y palma de chambira obtenidas del bosque por quienes forman parte de la Asociación de Mujeres Waorani. 
Pero también cuenta a los clientes que están preocupadas en la capacitación permanente de las mujeres de las comunidades waoranis de Pastaza, Napo y Orellana para que primero conozcan sus derechos y luego sepan trabajar con los productos de la naturaleza de manera sostenible. En esas comunidades aprovechan las plantas medicinales, cuidan los árboles maderables, tienen un manejo adecuado del bosque. Y desde Cañar llegaron hombres y mujeres que forman parte del biocorredor Cóndor-Chuquirahua a ofertar prendas de vestir tejidas con fibra de alpaca. 
Este grupo humano se ha dedicado al cuidado y mantenimiento de los páramos y a la protección de la alpaca. Solo la Asociación de Trabajadoras Agrícolas Cebada-Loma tiene a su cargo el cuidado de 250 de estos animales.
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