Ella durante 40 años habitó en el barrio La Ensenadita, pero el terremoto dañó su vivienda, por lo que le tocó ir con su esposo y sus dos hijos a Urbirríos 2,  a vivir bajo una carpa en un terreno de un familiar.

Ella ahora está feliz  porque tiene una casa  propia.

La vivienda de Manuela Triviño y de dos damnificados más del terremoto del 2016 fueron entregadas por el Patronato Municipal de Manta. 

Ana María Suárez, presidenta del Patronato,  dijo que recibió el apoyo de padrinos para obtener los terrenos y parte del material para la construcción de las viviendas, que son sismorresistentes. 

Explicó que las casas  cuentan con los servicios básicos de agua, alcantarillado y luz.