Bautizado así por provenir de su Colección Castro Naranjal y los 51 intentos que hizo para lograrlo, según el libro Origen y Aroma del Cacao ecuatoriano, o por provenir del árbol 51, de acuerdo a Alfredo Saltos (El Universo, 19/11/2017).
El constante aumento de superficie con este cacao, aproximadamente el 44% del total nacional, demuestra la rápida aceptación de nuestros productores atraídos por sus bondades resumidas en: alta productividad, precocidad, resistencia a enfermedades tradicionales, facilidad de reproducción y adaptación.
Este último aspecto comprobado en zonas tropicales de otros países donde ha trascendido su fama, como Perú, Colombia, Brasil, República Dominicana, Centroamérica y África.
Es un logro difícilmente alcanzado con otros cultivos desarrollados en centros de investigación públicos y privados del país.
Homero Castro Zurita nació en Baños en 1922, sus padres fueron Pedro y Sofía. Casó con Violeta Stracuzzi. Falleció en un lamentable accidente en 1988.
Académicamente inicia en el normal agropecuario Luis A. Martínez de Ambato, donde se gradúa en 1940. Ingresa becado al Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas en Costa Rica, graduándose en 1952 como especialista en Cacao.
Su vida profesional comienza en Naranjal en la propiedad de los Encalada Mora. Luego de muchos esfuerzos, en 1960, en su propia hacienda obtiene los primeros híbridos.
Una vez validadas las características deseadas por este fitomejorador, se dedica desde 1965 a la propagación del CCN51, que constituye parte de la historia cacaotera, mérito científico y orgullo nacional indiscutible.
Sin restar importancia a los derechos de propiedad intelectual y beneficios económicos que correspondan a sus herederos, sería justo que alguna universidad del país tome la iniciativa para otorgarle post mortem el título de Doctor Honoris Causa (por causa de honor), muy merecido y reivindicatorio por los evidentes beneficios y prestigio que sigue brindando al sector agrícola nacional.
Este reconocimiento especial se confiere a los méritos de personas destacadas que hayan contribuido a la comunidad.
Hace poco nomás, un instituto mexicano lo otorgó al compatriota Baltazar Ushca, de 76 años, más conocido como el último hielero del Chimborazo.
*Investigador Categorizado Senescyt