De la celda al estadio Staples Center y viceversa. Así pasa sus días Caldwell-Pope, jugador de 24 años de los Lakers, quien se unió al club el pasado mes de julio a cambio de 18 millones de dólares.

 

Detención. La historia de Caldwell-Pope inició en marzo pasado en Detroit, cuando aún era miembro de los Detroit Pistons. Lo detuvieron por conducir un vehículo en estado de ebriedad: iba a 72 kilómetros por hora en una zona en la que debía hacerlo a 40 y llevaba 0,8 grados de alcohol en la sangre.

Se declaró culpable en mayo por el cargo menor de permitir que alguien manejara su vehículo mientras estaba bajo la influencia del alcohol, lo que llevó a un período de prueba de 12 meses. Pero luego no cumplió con una orden de someterse a pruebas obligatorias de alcohol y drogas como parte de la libertad condicional y hace dos semanas recibió un castigo de 25 días de cárcel.

Como cambió de equipo, el jugador pactó cumplir su sentencia en el Centro de Detención del Departamento de Policía de Seal Beach en el Condado de Orange, California.

Según ESPN, es un recinto especial de “pago por estadía” que cobra a los reclusos 120 dólares por noche. Caldwell-Pope cuenta con cama nueva, televisor de pantalla plana y centro de medios, pero está tras las rejas y por ello no puede ver televisión después de que se apagan las luces (22h00). 

Está a sólo 20 kilómetros del Staples Center, casa de los Lakers.

Los Lakers cerrarán el año en Houston el 31 de diciembre y comenzarán el 2018 en Minnesota el 1 de enero. Caldwell-Pope se perderá esos juegos porque aún no puede salir de California.