Sus principales detractores son, mayoritariamente, de su misma tienda política, empecinados en que abandone su posición liberal y siga el lineamiento político de la supuesta revolución ciudadana.
De aquella tendencia ideológica impuesta a los ecuatorianos durante toda una década.
Los ciudadanos miran con satisfacción, unos; con recelo, otros; con malestar, algunos; pero todos están expectantes de los acontecimientos que han surgido y los que vendrán, así como por las consecuencias de la actitud decidida de Moreno de gobernar de manera independiente y soberana.
Y esperamos que su posición sea de real conciencia democrática, dedicada al beneficio del pueblo que lo escogió, con trabajo que fortalezca las libertades y los derechos constitucionales, puesto que su sustento en el poder estará siempre en manos de sus electores.
Por tal razón, se espera que su manera de administrar no sea arrastrada a una lucha intestina de poder, sino que ejerza su autoridad para poner en orden a quienes pretendan descarriarse.
De lo contrario correrá el riesgo de que sea la población la que se pronuncie en tal sentido.