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Santo Domingo
La Navidad de los abuelitos

"En Navidad como bastante”, dice José Bailón mientras baraja cartas.

Domingo 24 Diciembre 2017 | 11:00

 Junto con tres de sus compañeros juega una partida de naipes (40) en uno de los salones del centro gerontológico del Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies).

La cuidadora le pregunta Don Bailón, ¿en qué mes estamos? Él alza la mirada e intenta que su memoria no le falle. ¡Agosto!, responde.
Pese a la decoración navideña, el hombre de 83 años, oriundo de Pedernales (Manabí), no atina.  Ignora que ha llegado diciembre.  
Esta es su segunda Navidad en el centro. Llegó hasta el sitio luego de que el gerontológico del cantón costero sufriera graves daños por el terremoto del 16 de abril del 2016.
Cuenta que desde hace diez años no ve a su familia, tampoco tiene esperanzas de que sus hijos lo visiten hoy. 
“Tengo familia por tener, un hijo que ni porque lo llaman viene”, manifiesta.
No se entristece, cuando acaba de barajar las cartas dice que todos los meses son alegría para él.
El ambiente navideño se siente al recorrer los pasillos del gerontológico, pocos días antes de la Navidad un grupo de abuelitos entona el villancico “Bienvenido seas” en un salón. 
Pese a sus años intentan cantar con fuerza. Dos profesores del Ministerio de Educación, que se encargan de alfabetizar a los adultos mayores que nunca aprendieron a leer ni escribir,  reparten panderetas y maracas. 
Algunos no logran agarrar bien los instrumentos debido a la artrosis que padecen, pero hacen un esfuerzo por seguir el ritmo.

Sus historias. Para algunos de los abuelitos del centro gerontológico Navidad significa reunirse con su familia.
Otros, como Don Bailón, no saben qué mes marca el calendario. El Alzheimer y la demencia senil han desdibujado de su memoria el significado de estas fechas.
Hoy ellos cenarán pavo, comerán dulces y recibirán un kit de ropa como regalo.
En la infraestructura, ubicada en la cuarta etapa de la urbanización Los Rosales, habitan 31 adultos mayores de entre 70 y 100 años.
Según informó el Mies, este grupo de personas no tiene referencias familiares conocidas y algunos han sido encontrados en las calles en condición de mendicidad.
También hay abuelitos que tienen familia, pero ninguno de sus parientes se quiere hacer cargo de ellos, se informó. 
Ese es el caso de un residente del centro que tiene 100 años de edad y 14 hijos pero ninguno lo visita.
Cuenta una cuidadora que por un error del Registro Civil sus hijos no tienen el primer apellido de su padre, sino el segundo y en eso se han escudado para evadir su responsabilidad.  
 
Con sus hijos. María Narváez, llega al sitio todos los días desde la cooperativa 2 de Mayo. 
Tiene 73 años y las fuerzas de una quinceañera. Es parte del grupo de abuelitos que es atendido en modalidad diurna. Ellos llegan a las 08h00 y se van a las 17h00, pero María es la que toca la puerta más temprano. 
Esta es la fecha que más le gusta en el año porque se reúne con sus hijos.
Hoy por ejemplo planea repartir 150 fundas de caramelos entre los niños de su barrio. “Es algo que me llena de satisfacción, el 28 en cambio me voy a Loja, allá voy a bailar”, comenta.
Su mente aún está lúcida y agradece a la vida que sus hijos vean por ella.
Hoy los abuelitos celebrarán el nacimiento del Niño Dios, comerán pavo y se endulzarán con chocolates.
Unos recibirán por primera vez en el año la visita de sus familiares aunque en sus frágiles memorias se confundan sus nombres y sus rostros. 
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