Desde pequeño tuviste que haber escuchado a tus padres mencionar la palabra ‘solidaridad’. Para algunos es difícill comprender su significado, pero para otros, simplemente nacen con ella, demostrándola en cada una de sus acciones.

Este mes la solidaridad debería salir a relucir más, desde los agasajos que se realizan hasta la entrega de juguetes, premios y todo lo que sea ayuda a los demás. 

 

1La solidaridad debe ser enseñada y transmitida, sobre todo a través del ejemplo. Los padres deben ejercitar la solidaridad entre ellos, con sus hijos, vecinos, amigos y otros familiares. Es el ejercicio que más fomenta la interiorización de valores en los niños.

 

2Es necesario que los padres enseñen a los niños a ponerse en el lugar del otro y eso puede empezar por ellos mismos. A partir de los dos años de edad, los niños ya empiezan a tener más conciencia del otro, de conductas como el compartir, asistir, colaborar, ayudar, entre otros. Ese es un buen momento para empezar.

 

3Ser solidario debería ser una regla, como las normas de educación. 

 

 

4Es muy importante la comunicación entre padres e hijos. La comunicación fomenta la confianza de los niños en las enseñanzas y la transmisión de valores de sus padres.

 

5Es recomendable que los padres hablen a sus hijos de lo que está bien y mal, como también de lo que al otro le gustaría y qué podrían hacer ellos para colaborar, para ayudar, cooperar.

 

6Una educación permisiva o autoritaria no es un canal ideal para la transmisión de valores. Para promover valores sociales como la solidaridad, es necesario que los niños reciban una educación más democrática, en un entorno afectivo y comunicativo positivo, donde el niño tenga libertad para expresarse. 

 

7 Los padres deben comentar a sus hijos algunas situaciones o acontecimientos que refuerzan la labor solidaria.