Porque la memoria es muy frágil y a medida que pasa el tiempo, con una supuesta desaparición del motivo de los temores, las medidas de prevención son ignoradas o relegadas casi de manera irresponsable.
Los organismos encargados de seguridad y la protección de la población, como la Secretaría de Gestión de Riesgos, los comités cantonales y provincial de operaciones emergentes, deberían recordar eventualmente de lo que hay que tener presente en caso de temblores, para la defensa personal y colectiva.
Igualmente, en el aspecto estructural, mantener la supervisión en las instituciones públicas y privadas para constatar si éstas observan los procedimientos establecidos en leyes y reglamentos, para una correcta y ágil evacuación.
Entonces, es prudente certificar que se cumpla con los lineamientos de rigor en cuanto a rutas de escape, sectores de concentración, construcciones seguras, sitios de asistencia masiva, etc.
Y recordar, de manera especial, el comportamiento dentro del hogar para evitar pánico y una manera apropiada de abandonarlo o permanecer en él, dependiendo de las circunstancias.