La basura es un problema de todos los ciudadanos. Pretender o aspirar a que sólo las autoridades lo resuelvan constituye en un verdadero desafío.
Siempre que se trata de algo que sobra, lo que ya no se quiere o lo que no hace falta, procuramos desprendernos sin prestar atención a su destino final. La solución no es pedir a las autoridades pertinentes que se limpie más las calles o que se creen más depósitos de basuras.
El problema radica en que la mayor parte de los habitantes no somos conscientes cuando arrojamos algún desecho a la calle, pensamos que por lo mínimo que sea, no afectará en nada. Tener esa forma de pensar hace que cada día se vea más desperdicios. La solución para este problema inicia desde el hogar, es ahí donde aprendes a ser diferente y consciente. La iniciativa proviene de nosotros mismos, arrojando la basura en su lugar y si ves algún desecho en el suelo, recójelo y ponlo en el depósito. Si no hay ese interés por cambiar las cosas, el problema seguirá.