El Congreso de EE.UU. aprobó finalmente la reforma tributaria impulsada por Trump, después de que un error procedimental obligara ayer a hacer una modificación de última hora antes de ser aprobada por el Senado.
Tras los cambios requeridos y el voto posterior a favor de la Cámara Alta, la Cámara de representantes volvió a votar ayer como un mero trámite con 224 votos a favor (todos republicanos) y 201 en contra (los demócratas más 12 votos conservadores).
Así, los republicanos culminaron el mayor recorte fiscal en décadas, que no obstante añadirá casi 1,5 billones de dólares al déficit de Estados Unidos.
Promesa. “Les prometí a los estadounidenses un recorte de impuestos grande y hermoso para Navidad. Con la aprobación final de esta legislación, eso es exactamente lo que están obteniendo”, dijo el mandatario en un breve comunicado tras el voto final en el Capitolio.
Trump apuntó que el desempleo continúa cayendo en el país, que “el mercado de valores se encuentra en un nivel récord” y prometió que los salarios “pronto subirán”.
“Al reducir los impuestos y reformar el sistema roto, ahora estamos vertiendo combustible de cohetes en el motor de nuestra economía. EE.UU. ha vuelto a ganar, y estamos creciendo como nunca antes”, se congratuló el magnate sobre su primera gran victoria legislativa desde
que llegara a la Casa Blanca.
Según indicó Trump, una familia media de cuatro miembros que gane 75.000 dólares al año recibirá aproximadamente un recorte de 2.000 dólares anuales con motivo de su reforma tributaria.
Por su parte, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, alabó también al presidente, y aseguró que ha sido él quien “ha puesto fin al exceso de regulación de la economía estadounidense”.
El texto está dirigido a recortar impuestos a las grandes rentas y las empresas, reduciendo de forma significativa los aportes al fisco para las compañías de 35 % a 21 %.