Haciendo historia, recordaremos que los únicos clubes manabitas que se habían aproximado al campeonato ecuatoriano fueron el Manta Sport, en 1979, y Liga de Portoviejo, en 1982. Ambos ocuparon el tercer lugar en el torneo del balompié nacional.
Hoy, el cuadro cetáceo superó esos logros, y podemos decir que se ha convertido en el mejor equipo manabita de todos los tiempos.
No es un solo factor, ha sido todo un proceso. En el fútbol, como en otros deportes, no se puede brillar de la noche a la mañana.
Para este logro Delfín se ha manejado como una empresa privada, con presupuesto, capacidad de pago, con tope de sueldos. Se ha movido con objetivos claros. En el 2014 primero peleó por mantener la categoría; en el 2015 quedó campeón de la Serie B. En el 2016 sus dirigentes querían quedarse en la Serie A y clasificar a un torneo internacional, pero el terremoto cortó las energías.
Este año apuntó a estar entre los 4 primeros lugares. Con solvencia llegaron a ser subcampeones, haciendo historia. El terremoto dejó dolidos, muy dolidos a los manabitas, pero a través de este deporte se ayudó a levantar a la provincia.
Contemplando el proceso histórico del fútbol manabita, con seguridad podemos afirmar que Delfín ha brindado una grande y merecida satisfacción a la provincia.