Actualizado hace: 931 días 15 horas 49 minutos
Caso
775 denuncias de abusos a menores

Claudia Hidalgo veía como normal que entre los 5 y 7 años de edad alguien cercano a su familia la manoseara.

Domingo 17 Diciembre 2017 | 04:00

 Hoy, con 21 años, esta mujer guayaquileña no tiene tapujos para contar lo que le sucedió cuando era una niña y habla del error de haber callado.

“Fue algo que duró muchísimo tiempo porque era tan pequeña. Fue dentro del círculo familiar en mi casa por un allegado”, cuenta Hidalgo a El Diario, quien muestra su historia a la sociedad para que se conozca lo que pasan los niños que son abusados sexualmente.
“Yo pensaba que como era una persona que veía siempre, que me quería, que se llevaba bien con mi familia, estaba bien. No tenía a esa edad la percepción de que era algo que estaba mal”, dice y asegura que cuando llegó a la etapa adulta se dio cuenta que lo que le había pasado no era normal y fue donde empezaron los conflictos personales.
Señala que el apoyo familiar, el tratamiento continuo y contarlo a los demás le ayudaron a superarlo.
Hidalgo sabe que hay estigmas en las personas todavía cuando se escuchan de estos casos y hacen sentir “menos” a las víctimas.
“Tuviste la mala suerte de pasar por eso, pero la vida no se acaba y se vuelve más difícil continuar, pero no te hace menos persona”, indica.
Claudia nunca denunció a su agresor y se arrepiente. Dice que lo haría ahora, pero después de tantos años, en nuestro sistema judicial, “no funcionaría solo el testimonio”.
Cuando se le pregunta porqué decidió contarlo, dice que a pesar de los señalamientos, decirlo le quitó “un peso de encima increíble”.
“Eso es personal yo sí le recomiendo, es muy terapéutico dejarlo salir porque es algo que no se queda guardado y te ayuda a lidiar con los resentimientos”, señala.
 
Cifras. En estos casos, las cifras son alarmantes. La Fiscalía de Ecuador contabiliza a Manabí como la tercera provincia con más denuncias por abusos sexuales a grupo de niños, niñas y adolescentes. En el 2016 el registro es de 391 denuncias, mientras que hasta octubre del 2017 hay 384; es decir, 775 denuncias en dos años.
El total a nivel nacional es de 4.855 durante el 2017, de los cuales se desprenden 714 en el ámbito educativo.
Justamente esta semana el fiscal general del Estado, Carlos Baca Mancheno, acudió a la Asamblea Nacional para hablar sobre estos casos. 
Pero, ¿qué le hace falta a la Fiscalía para desarrollar estos casos hasta el final? Baca Mancheno mostró su preocupación en la Asamblea, pues lo que no les permite el mejor desarrollo del servicio es la falta de personal. 
Explicó que a nivel nacional tienen una capacidad instalada de 226 puntos de recepción de denuncias y 38 unidades de peritaje, pero que solo cuentan con 48 psicólogos, cuando necesitan, por lo menos, el doble y con 68 médicos legistas, lo que implica que no hay estos profesionales en todos los cantones.
¿Cuánto hace falta para contar con más personal?. Para solventar la necesidad de profesionales y cobertura indicó que necesitan de alrededor de 5,2 millones de dólares anuales.
 
Educación.  Las cifras con las que cuenta la Fiscalía no son iguales a las que tiene el Ministerio de Educación.
Desde el 2008 hasta octubre del 2017 se han contabilizado 919 denuncias de violencia sexual en espacios educativos y hay 453 investigaciones a docentes por abuso sexual.
En el 2015, por ejemplo, la Fiscalía reportó 264 casos de delitos sexuales en espacios educativos. Solo 57 tuvieron sentencia.
En la Coordinación Zonal de Educación 4, que comprende Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas, se habla de la revisión de todos los procesos que han sido archivados sobre estos casos o que tenían una sanción diferente a la destitución. Lo asegura María Beatriz Santos, titular de la institución, quien manifiesta que esto se ha realizado a nivel nacional. 
“Así también revisar si estos casos fueron denunciados a la Fiscalía como es la competencia dentro de nuestras instituciones”, expresa.
Ahora hay una normativa que es la de capacitar a todas las autoridades educativas, sistemas de rutas y protocolos de qué deben hacer, primero para prevenir. Para eso se inició la campaña ‘Más unidos, más protegidos’. 
“Los padres también nos deben ayudar desde casa a que sus hijos conozcan cuáles son sus partes íntimas, que deben confiar en los padres y comunicar lo malo que pasa inmediatamente”, señala. 
Antes un proceso de sumario administrativo demoraba hasta 90 días, hoy, según Santos, en 15 días ya se cuenta con este documento para separarlos.
Luego, la denuncia a la Fiscalía y el acompañamiento psicológico al menor, a la familia y a toda la comunidad educativa.
Sobre las cifras diferentes, señala que muchos casos son directamente denunciados en la Fiscalía, por lo que en Educación solo se separa al funcionario o persona implicada dentro del ámbito educativo.
De enero a la fecha se contabilizan en la coordinación 72 casos, de los cuales 51 están en Manabí y 21 en Santo Domingo de los Tsáchilas.
 
La ley.  El abogado Roosevelt Cedeño manifiesta que las penas que contempla el Código Orgánico Integral Penal son proporcionales en función de la conducta del individuo.
El COIP sanciona como pena máxima hasta 40 años por abuso sexual.
“Lo que pasa ahora es que este delito es común y puede prescribir es por eso que es importante lo que plantea el referéndum”, explica.
Una de las preguntas del próximo proceso electoral es que los delitos sexuales a menores no prescriban tanto en la acción como en la pena.
“Es un avance en materia penal y que por su condición no debe prescribir”, expresa.
Además Cedeño indica que en estos casos el testimonio de la víctima es “relevante”. 
Sobre el trabajo que se debe realizar para las denuncias, indicó que en efecto deben existir más profesionales que se encarguen específicamente de esto, aunque el Gobierno ha fijado que estos temas sean de solución prioritaria.
 
Psicología. La psicóloga Estefanía Montesdeoca manifiesta que realmente hay personas que después de muchos años cuentan lo que les ha sucedido porque en su momento pensaron en que no les iban a creer.
“Yo recibo a muchas personas, sobre todo mujeres, que vienen y hablan después de que han pasado 10, 15 o hasta 40 años y que se quedan con eso”, dice.
Cree que de parte de los padres debe haber más acercamiento y en los casos con los que ella trabaja, por lo general personas cercanas al círculo familiar son las que abusan de los menores.
Montesdeoca menciona lo primordial que es el trabajo de los padres con los hijos y la comunicación que debe haber, diciendo lo que está bien y lo que no.
 
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