El lunes pasado, por ejemplo, el conductor de un camión que venía desde Quito invadió el carril. 

Tras ser detenido por una patrulla de Tránsito, el ciudadano pidió disculpas por lo cometido y se excusó diciendo que “sólo quería ver más de cerca la playa” de la parroquia Los Esteros.  

En la Dirección Municipal de Tránsito (DMT) no se manejan las estadísticas de esta contravención, pero Moreira sostiene que son constantes. Casi todos los infractores toman al mar como justificación ante lo hecho, se explicó. 

Pero ellos no son los únicos, pues según el agente Marcelo Cedeño, los ciudadanos de Manta también acostumbran a invadir la ciclovía, aunque lo hacen más en moto. 

La ciclovía es de uso exclusivo para los peatones y ciclistas. La invasión no solo se registra en la vía Puerto-Aeropuerto, sino también en la Ruta Spondylus que conduce hasta la parroquia San Mateo, informó la DMT. 

La sanción. El Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona la invasión del carril exclusivo con cinco puntos menos en la licencia de conducir y una multa de 56 dólares. 

Roberto Mero, habitante de Los Esteros, cree que la Dirección de Tránsito debería levantar bolardos (especie de postes diminutos) en los accesos de las ciclovías para evitar que los carros y motos ingresen. Él aseguró haber visto en algunas ocasiones cómo las personas que llegan al lugar para trotar o caminar deben parar ante la presencia de un carro en la ciclovía. 

José Ponce, director de la DMT, no descartó la idea de Mero, aunque prefiere iniciar primero una campaña de concientización. Es que hay comerciantes que también invaden el carril con negocios, dijo. 

Cree que la campaña debe llegar a todos, pues en el COIP no solo se sanciona al conductor, la misma multa aplica a las personas que obstruyan la vía pública.