De acuerdo a lo reglamentado, el Comité de la Reconstrucción de Manabí y Esmeraldas, formado en el anterior Gobierno a raíz del terremoto del 16 de abril del 2016 para atender exclusivamente todas las necesidades generadas por el movimiento telúrico, debe informar trimestralmente a la Asamblea Nacional las acciones desarrolladas en el cumplimiento de su misión.
Aquello al parecer no se ha venido cumpliendo a tiempo, por lo que la ciudadanía desconoce oportunamente los pasos que se dan, oficialmente, en procura de la reconstrucción y rehabiltación de los sectores más devastados por el fenómeno natural.
Y creemos que los de mayor interés en conocer cómo se manejan los recursos dirigidos al beneficio de los manabitas y esmeraldeños deben ser los asambleístas de ambas provincias, cumpliendo con su obligación de representantes de éstas y parte interesada en las mejoras.
Pero también los gobiernos provinciales y cantonales tienen la obligación de estar inquietos por saber del avance de las actividades del Comité, para apurar las gestiones pertinentes dirigidas a implementarse las obras que aún no se inician, como el hospital de Chone, anunciado hace ocho meses por el exmandatario Rafael Correa y que todavía se desconoce inicio seguro.
Incluso, adecuado y justo sería que, con la misma frecuencia que la Asamblea, los principales del Comité se dignen, en acto público, a comunicar a los manabitas lo que hacen, como directos afectados.
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