El niño fue un gran aficionado del Sunderland y el club ayudó a concienciar a la gente de la enfermedad que sufrió así como a recaudar fondos para la fundación que llevará su nombre.

Su historia tomó gran notoriedad debido a la amistad que tenían el niño y el delantero inglés Jermain Defoe, exfutbolista del Sunderland.

El jugador inglés conoció a Bradley, quien era su admirador, durante una visita a un hospital, llegando a convertirse en su mejor amigo.

Tanta fue su conexión, que Defoe pasó varias noches con el niño en el hospital, durmiendo con él y apoyando a su familia. Además, en varias ocasiones lo llevó a la salida del túnel de vestuarios del Sunderland y con la selección inglesa.

Ayer, en una rueda de prensa, el futbolista se quebró al hablar del niño. "Hablo con su familia a menudo y hace unos días estuve con él. fue duro verle sufrir así", aseguró.

"No hay un día que no piense en él", agregó.

Por otra parte, el pasado martes, el delantero fue a la fiesta de despedida de Bradley, por lo que su madre publicó en Facebook un comunicado: "Todos se acostaron en la cama para abrazarle, creo que era su forma de decir adiós. A última hora de la noche su mejor amigo Jermain vino a visitarle y fue muy emocionante ver cómo reaccionó Bradley. Estaba tan feliz acostado junto a él con caricias. Bradley estaba muy relajado junto a él".