Tras el empate ante River Ecuador en la primera fecha del torneo de fútbol, el ánimo del equipo estaba decaído. Esperaban empezar ganando, pero no pasaron del 0-0, en el peor partido que ha jugado Delfín en lo que va del año.
Entonces Pedro Vera, vocal del equipo, se ideó junto a la directiva una forma de levantar el ánimo de la plantilla. Decidieron traer encebollados para todos.
El domingo siguiente, Delfín ganó 2-0 a Liga de Quito en el estadio Casa Blanca.
“Desde ahí los jugadores dijeron que comer encebollado era la cábala”, dijo Vera. Desde entonces, cada miércoles, todos los integrantes del equipo comen los encebollados que trae Vera, quien considera que eso ha mantenido la unidad del equipo, porque se hace sobremesa tras los entrenamientos.
Extranjeros. Al uruguayo Matías Duffard no le gusta el ceviche, pero sí el encebollado. Es un plato nuevo para el “charrúa”.
El venezolano Jhon Chancellor también lo come. Quien tiene más experiencia con el sabor es el paraguayo Francisco Silva, quien ya cumple su cuarto año con Delfín y para quien, como buen mantense, el encebollado es parte de su dieta.