“En la primera tala que hicieron, recorrimos el lugar en la madrugada y observamos a los animales desorientados”, expresa el ciclista Manuel Cantos. 

Agrega que Portoviejo no cuenta con un bosque, pues las reservas del San Pablo, Andrés de Vera, El Florón fueron destruidas. “Portoviejo se está quedando sin pulmones”, asegura el ciclista.

Manifiesta que es necesaria la reforestación de los árboles una vez que se deforesta una zona.“En los próximos años va a conllevar que existan deslaves y desplazamiento de grandes masas de tierra, bajada de aluviones, entre otros problemas”, señala.

Comenta el ciclista que el problema no es solo para la ciudad, sino para las parroquias aledañas. “Si continúa la deforestación, Riochico deberá implementar muro de gaviones, canales de drenaje y limpieza de los mismos por la sedimentación”, dice. 

Álex Moreira, otro ciclista, indica que no hubo motivos para dañar la zona. Señala que la persona que lo hizo debe tener en mente que en ese sector no se puede sembrar, criar animales ni construir,  ya que el lugar carece de servicios básicos.

Investigación. Vicente Zavala, coordinador zonal del Ministerio de Ambiente (MAE), manifiesta que en esa zona existió una “alteración” que abarca unos 1.000 metros de longitud. 

“En esa vía circulan los ciclistas, pero inicialmente era una vía que por condiciones naturales tenía 1,5 metros de ancho, con la intervención de la maquinaria hay una ampliación de cuatro metros”, explica.

Agrega que hasta el momento no dan con el causante del hecho. “No pudimos ubicar al autor material del hecho, en base a eso el departamento jurídico tomará las acciones pertinentes tanto técnicas como jurídicas para poder iniciar los procesos”, menciona.

Dalton Andrade, responsable del área de Ambiente del Municipio, indicó que el cabildo hace inspecciones con drones cada semana en esa zona y hoy tendrán una reunión con las Fuerzas Armadas para que los militares acompañen con recorridos en esas zonas. También se reunirán con el MAE para tomar medidas. 

Eduardo Barahona,  director de Biología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) en Bahía de Caráquez, explica que este tipo de bosques secos es la fuente de retención de agua para todos los ecosistemas colindantes.

El biólogo cree que se debería establecer turnos de vigilancia con guardaparques o guardabosques.

En estos lugares hay especies de flora y fauna que incluso no se han estudiado en el país, indica.