Durante la diligencia que se realizó en el anfiteatro, Adriana Vera identificó los cadáveres de sus dos yernos, quienes fallecieron por fracturas y hemorragia interna cuando retornaban a sus casas luego de haber culminado la jornada laboral  en la hacienda Clementina.

Adriana fue una de las primeras en arribar con los nervios alterados a la morgue cuando se enteró por teléfono del fatal accidente de tránsito.

Allí  esperó varios minutos hasta que el patrullero de la Policía llegó con los cadáveres de Arístides Rodrigo Cedeño León, de 33 años, y Jorge Temísclotes Llanos Casquete, de 41.

Mientras era consolada por otros seres queridos, decía  que sus yernos eran como sus hijos porque todos los domingos la visitaban en su casa. “Ellos llegaban con mis hijas y mis nietos y la pasábamos bonito”, comentaba la angustiada mujer, quien no paraba de llorar.

Eran albañiles. Ambos eran albañiles y tenían solo tres semanas de haber empezado a laborar en la hacienda Clementina construyendo casas de cemento.

Ariana Benavídez Vera, quien también se hizo presente en la morgue de Babahoyo, reveló que su esposo Arístides Cedeño y su cuñado se quedaron un poco más tarde de lo normal en el trabajo esperando que les cancelaran la semana de labores, pero como no hubo dinero optaron por retornar a casa y recién este lunes irían a cobrar.

A las 18h00, Arístides Cedeño, Jorge Llanos y otro acompañante salieron en una moto con dirección  a la parroquia Caracol, llevando tres palas, que eran sus herramientas de construcción.

Todo iba bien hasta que llegaron al sector El Basurero, donde se les atravesó otra motocicleta que provocó el accidente de tránsito. 

Los ocupantes de ambas motos salieron despedidos por el aire y cayeron sobre el asfalto.

Arístides Cedeño, quien conducía la moto, murió al instante y a los pocos minutos dejó de existir Jorge Llanos. 

Las otras personas quedaron heridas y fueron trasladadas a casas de salud de Ricaurte en Urdaneta y Babahoyo.

Las dos motocicletas fueron retenidas.