Un tiburón azul fue capturado y sacrificado tras causar alarma y obligar a prohibir el baño en varias playas de la bahía de Palma, en España.
El animal fue visto cuando su emblemática aleta alertó a los bañistas de una presencia no deseada en el agua; sin embargo, su paso fue tan rápido que ni siquiera hubo tiempo de desalojar la playa pues no estuvo “ni cinco minutos”. Luego, fue capturado. El tiburón presentaba una importante herida en la cabeza causada por un arpón y anzuelos clavados en todo el cuerpo.