Sara Magnusson, de 38 años, llegó a pesar 150 kilos tras dar a luz a su hijo.
En un principio no sentía la necesidad de bajar de peso, pero todo cambió cuando rompió una silla de camping al sentarse. Hoy en día y tras más de un año de entrenamiento, logró un cambio mental y físico que fue motivado por su entrenador personal. El hombre la ayudó a reducir 80 kilos y transformar su vida sedentaria en una full fitness. Pero no solo la motivó a abandonar la obesidad, ya que Sara también encontró el amor en él. Sara no acudió al quirófano y tampoco se quiso transformar en una mujer de extrema delgadez.