Pero está azolvado en un 90% y por eso los trabajos de limpieza se extienden y las máquinas de la empresa argentina Forever Pipe, contratada para el desalojo, se ubica en sitios estratégicos para que la manguera del hidrosuccionador saque los sedimentos que hay en el ducto. 

Un obrero también baja para apoyar esta tarea en los sitios donde previamente ingresó la cámara que detecta los daños y el azolvamiento.

En la superficie, los pitos de los carros se hacen escuchar ni bien cambia el semáforo a verde y aunque hay conductores que se quejan por la ocupación de un carril para el sifonero, otros señalan que es necesaria la obra.

RIESGO. Técnicos de la contratista indicaron que trabajar en las noches es un riesgo y que tratan de avanzar lo más rápido posible para disminuir el impacto en el tránsito.

Pero no es fácil porque encuentran desde escombros de construcción hasta pedazos de asfalto. Incluso encontraron una llanta de carro.

El hidrosuccionador que utilizan es de mayor capacidad, lo que permite sacar escombros y otros desechos de mayor tamaño.

En la esquina de la avenida del Ejército y Venezuela, frente a la terminal terrestre, también se trabaja en la limpieza.

AFECTACIÓN. Leonel Muñoz, gerente de Portoaguas, señaló que el colector tiene más de cuatro kilómetros de longitud y que se ha detectado un desgaste de la tubería de asbesto cemento de entre el 20 y el 40 por ciento, por lo que el siguiente paso sería usar la técnica de resina para el recubrimiento. 

Con esto la tubería duraría 30 años más, pero por ahora sólo se hará la limpieza por los altos costos que implica proteger la tubería.

FAMILIARES. Muñoz recordó que el contrato con Forever Pipe es por 900 mil dólares, pero como no se pudo intervenir en la zona norte, donde habrá que cambiar el colector en el sector del paso lateral, el gasto se reduce a los $ 700 mil.

La compañía ha limpiado siete colectores en la avenida Guayaquil, 18 de Octubre, 10 de Agosto, entre otros.