“Habría que dejar que la muerta descanse en paz.

 Parece brujería, pero no lo es. Se llama rating. Samantha Grey se ha reencarnado en su madre, la fallecida Sharon. Para eso se sometió a una rinoplastia, se eliminó la papada y se redujo las orejas. A mí me parece todo esto morboso y tétrico. Habría que dejar que la muerta descanse en paz, pero no, el rating necesita resucitar a Sharon, dos años y medio después de su muerte. ¿Se acuerdan del notario Cabrera? El señor era notario segundo de Machala, se dedicó a captar, en su oficina, dinero a cambio del pago de altos intereses. Hasta que murió en 2005 en un hotel, cuando se encontraba con una jovencita. Unas 35 mil personas, entre ellas jueces, políticos, banqueros, policías y militares, se convirtieron en sus socios. Muerto él se fue todo al diablo. Una noche el populacho fue al cementerio a levantarlo para que le devolviera el dinero. El notario les dio una mala noticia: estaba bien muerto. Lo de Sharon me parece igual de tenebroso, pero claro, con más glamour. Flashes, cámaras y publicidad envuelven esta historia de muertos vivientes.