El ceviche de Jipijapa, con bastante chifle. 

No, pero sí sé cocinar arroz con menestra y carne, como para no morirme de hambre. Viví solo en Chile y Argentina y ahí aprendí a cocinar, por teléfono llamaba a Gaby (en ese entonces su novia), ella me iba explicando y yo le iba poniendo los ingredientes. 

Me gusta todo, es una mujer excepcional, solidaria y auténtica. No solo ha sido mi complemento, sino parte de mi propio ser, por eso caminamos juntos en una misma dirección, compartimos sueños, visiones y lo más importante, hemos formado juntos un hermoso hogar.  

Es que, según ella, le gusta todo, ella vive enamorada. Dice que desde que nos conocimos, a pesar de ser siete años menor que ella, siempre fui un joven que sabía a dónde iba. 

La verdad es que ahora no conozco a nadie, antes veía mucha televisión, tenía más tiempo y sabía quiénes hacían farándula, pero ahora hay tantos jóvenes que han ingresado con estos realitys, que difícilmente podría decir uno.  

Solía acostarme tarde porque en la noche leo mucho, entonces si no tengo ninguna responsabilidad matutina, podría ser 08h00 ó 09h00. Pero si tengo entrevistas, mi día comienza 05h00 ó 06h00. 

Bailo bastante bien, modestia aparte. Me gusta la salsa, el vallenato, bachata. No soy un maestro, pero sí aprendí a bailar en mi época de futbolista. 

Tengo una frase propia que utilizo mucho en mi vida y es: los gigantes solo habitan en la mente de los hombres débiles. 

No bebo nada de trago, pero de bebidas me gusta el rompope sin alcohol, pero por el manjar. 

No, por ejemplo recuerdo ahora que en Navidad y año nuevo la molesté a mi esposa para que me haga rompope y uno de mis hermanos que sí bebe un poco de alcohol se emocionó y me dijo “cómo así tú con rompope” y se decepcionó cuando se dio cuenta de que era sin alcohol (risas). 

Nunca en mi vida he ingerido alcohol, ni champagne en brindis. Jamás se me ocurrió ni fumar ni tomar. Disfrutaba por otra línea (risas). 

Sí, y eso de hecho en mis primeros años trajo mucha inestabilidad en mi hogar y era público. Cuando conocí a mi esposa tenía 17 años, entonces los primeros años fueron difíciles, a partir de los 22  ya vivíamos juntos, había mucha inexperiencia en cuanto al manejo del hogar de mi parte y eso hacía que falte a mi casa en ese aspecto, pero gracias a Dios tuve una pareja que creía en la familia y luchó por ella, el éxito de nuestro hogar depende cien por ciento de la lucha, oraciones y fe que tuvo mi esposa.

Era coqueto de cualquier forma, como sea, Nicolás Maquiavelo decía “el fin justifica los medios”, lo importante era llegar (risas). 

Me considero un hombre luchador.  

Es difícil decirlo, yo creo que es todo individuo que ejerce el poder de forma indebida, abusiva y despreciando al prójimo.  

Recuerdo algunas, pero dos fueron las peores para mis padres. La primera cuando vivíamos en Panamá y estábamos acostumbrados a jugar Carnaval con los globos y allá no se estila eso. Entonces inflamos un globo de cumpleaños, lo tiramos por la ventana y partimos el vidrio de un vehículo ajeno. 

La segunda también fue en Panamá, mi hermano menor y yo nos quedamos en casa con mi padre y él estaba adentro. Entonces acosté a mi hermano y lo llené de salsa de tomate y le puse un cuchillo y fui a llamar a mi papá, cuando lo vio gritó (asustado) y ese día me dieron la del zorro (risas). Me dijo “a tu padre no le hagas esas bromas”, ahí quedé curado de espanto (carcajada).

Éramos terribles, mis hijos salieron triplicados. 

Vi todas las especializaciones, pero quizás químico-biología era la que no me agradaba y las que me gustaban eran matemáticas, historia y filosofía. 

Yo amo mi país, pero de ahí de los que he conocido me encantan Chile, Argentina, España, y de Estados Unidos, Washington. 

No soy de planificar mis viajes, pero quizás me gustaría conocer Israel y Líbano (por su ascendencia).

Por el fútbol, casi toda Sudamérica y Centroamérica, y por estudios, dos países. 

Cuatro hijos. Con ‘Gaby’ (esposa) hablamos de tener más, pero por su operación (cirugía estética) es peligroso, hasta su ginecólogo le dijo “yo no te atiendo”. Pero me encantaría adoptar un niño. 

No, pero alguien debe poner el orden en la casa. 

Yo soy más bueno haciéndolos. 

Todo. Una de las cosas que marcó mi crecimiento ha sido mi familia. Los pocos tiempos libres que tengo trato de refugiarme en ella. 

Me encantan mis nombres. 

Abdalá, que viene del árabe y quiere decir ‘siervo al lado de Dios’, y me dicen Dalo porque en Líbano a los Abdalá les dicen ‘Dala’, pero que acá lo masculinizaron a Dalo. Y Jaime, por Jaime Roldós.

A mí me encantaba He Man. 

Abogado.  

Me encanta la televisión. De hecho, me encantaría estudiar para ser productor creativo. 

Sí. Me encanta el fútbol, yo jugaba de ‘10’. Comencé a los 16 y jugué hasta los 23 años. 

Yo creo que Barcelona es el único del que se puede ser hincha (risas). 

Creo que existe vida en otros planetas. 

Cristiano activo, no soy un hombre de religiones. 

Soy pésimo para hablar de mí mismo, pero creo que soy un hombre honesto y que digo las cosas como las siento. 

Tendría un tiempo a solas en mi cuarto en familia, para darle gracias a Dios por este nuevo logro en mi vida. 

Nada.

Fueron los exilios de mi padre. 

Sí, de muy joven tenía reacción contra la política, para mí era lo peor, poco a poco fui madurando y hubo vivencias que indiscutiblemente me hicieron pensar diferente.