De esta manera Paco Moncayo Gallegos se refiere a la reconstrucción de Manabí post terremoto, a la que prefiere “no llamar reconstrucción sino construcción”, como parte de su proyecto de campaña “Soñar Manabí” que contempla la reactivación económica de la provincia. 

El candidato a la presidencia de la República por el Acuerdo Nacional por el Cambio (12-2-18) señaló que “hay mucho afán populista de usar el terremoto para encuestas y es ignominioso usar el dolor ajeno en la campaña”.

Las catástrofes son un punto de inflexión en la historia de los pueblos, para bien o para mal. Generalmente en el mundo, la historia demuestra que son para bien. Toda planificación tiene un proceso. Primero hay que hacer un diagnóstico de cómo está Manabí, que no está bien, como Ecuador, pero tiene problemas y frustraciones. ¿Sabemos dónde queremos ir? ¿Cómo vamos a construir ese sueño colectivo? Para eso hay que planificar, no solo es cuestión de recursos, de levantar viviendas. El presupuesto es la respuesta financiera al plan. Sin un proceso estratégico es un sueño. 

Hay que usar la gran infraestructura de Manabí para convertirla en un gran prestador de servicios logísticos y de transporte, que convierta a Ecuador en el contacto con Asia Pacífico. Hay que soñar un Manabí que tenga un puerto donde no solo puedan llegar los grandes buques del turismo, del transporte ahora que el canal de Panamá amplió sus esclusas, sino hay que pensar que eso cambia la vida de la región. 

¿Pero cómo financiar la reconstrucción?

Una vez que tenga el plan voy a ver cómo financiar. Lo más importante es cómo generar recursos. Un plan de este tipo puede tener recursos de asistencia bilateral de países, de los organismos multilaterales de crédito y del propio presupuesto de Gobierno. Recursos, cuando hay buenos proyectos, no faltan, sólo es cuestión de tocar las puertas adecuadas. 

Deberíamos desarrollar para ciertos sectores del país, Carchi, Sucumbíos, El Oro, Manabí, Esmeraldas, zonas especiales de desarrollo, que no son zonas francas porque tienen restricciones. Con una política tributaria específica, darles tratamiento de zonas deprimidas, leyes con estímulos especiales, incentivos especiales para estas zonas, pero no a perpetuidad. 

No creo que debemos asumir una deuda de 13.000 millones de dólares para la obra, pero sí se puede concesionar; el aeropuerto de Quito es una concesión que está funcionando perfectamente. He estudiado los documentos que demuestran que es un negocio rentable. 

El de Portoviejo creo que no, soy franco, por ganar un voto no voy a mentir. El de Los Perales es necesario por una razón fundamental, por ubicación y porque es turístico. Debe mantenerse y potenciarse.

Un aeropuerto no se vuelve internacional con orden ejecutiva. 

Se hace la infraestructura, pero el aeropuerto no hace el desarrollo, es el desarrollo el que genera la necesidad de un aeropuerto. No es tema de competir sino de complementarse, debe crecer conforme crezca la región.

No está mal traer médicos, porque en Cuba hay médicos de exportación, pero si vienen porque nos faltan los propios, que sean mejores que los propios. 

No se trata de planificar edificios, tienen que planificarse sistemas. 

Me la puso difícil. No quiero responder porque no quiero generar resentimientos ni expectativas, tengo mucha gente que ha trabajado en el acuerdo. Hoy digo 3 y mañana la mitad se ha ido. Manabí tiene una angustia, hay una percepción de que está al margen de las áreas de inversión estratégica en el gobierno. Hay que gobernar con manabitas, no por ser manabitas sino porque cumplen el perfil. En mi gabinete van a tener una representación nacional porque es un país diverso. Voy a tener ministros manabitas.