La Cancillería señaló en un comunicado que “puso a disposición de la Procuraduría General de la República a Joaquín Guzmán Loera, y a través de la misma, el Gobierno de la República el día de ayer entregó al Señor Guzmán Loera a las autoridades de los Estados Unidos de América”.

La extradición, que se produjo el último día de la gestión del presidente estadounidense Barack Obama, quien hoy entrega el poder a Donald Trump, ocurrió después de que el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal en la Ciudad de México le negó el amparo presentado por el capo para evitar su traslado a Estados Unidos.

Guzmán llegó hasta el aeropuerto de la norteña Ciudad Juárez para ser trasladado a la Ciudad de Nueva York, confirmó a Efe una fuente de la Secretaría de Gobernación.

Recurso de amparo. El pasado miércoles la Suprema Corte de Justicia de México rechazó admitir a trámite los dos recursos de amparo contra la extradición del narcotraficante que interpuso su defensa, al considerar que no estaba 

legitimado para promoverlos.

Por ese motivo los recursos fueron devueltos al Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México, encargado del caso, que ayer le negó los amparos.

El tribunal estimó que la extradición concedida por la Cancillería cumplió con “las normas constitucionales, los requisitos establecidos en el tratado bilateral y demás disposiciones legales vigentes para su emisión y que no fueron, ni han sido vulnerados, sus derechos humanos en los 

procedimientos instaurados”. 

Acusaciones. El capo afronta en un tribunal de Texas cargos por asociación delictiva, contra la salud, delincuencia organizada, posesión de armas, homicidio y lavado de dinero.

En otra corte de California es acusado de asociación para importar y poseer con la intención de distribuir cocaína. “El Chapo”, detenido en enero del 2016, ha escapado de dos cárceles de máxima seguridad 

mexicanas en el 2001 y en el 2015. 

En la última ocasión se fugó a través de un túnel de 1.500 metros que comunicaba el exterior con su celda del penal del Altiplano, en el central Estado de México, a la que regresó en enero pasado hasta que en mayo fue trasladado a una prisión de Ciudad Juárez, 

fronteriza con Estados Unidos.

De esta manera ha culminado la relación de México con su prisionero 3192, que se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para el Estado al encabezar un imperio criminal y por haberse fugado en dos ocasiones de prisiones de máxima seguridad. 

Desde la recaptura del narcotraficante, en enero del 2016, en México se han librado diversas acciones tanto de los organismos de la ley como de los abogados para definir el lugar definitivo de prisión de “El Chapo”.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos agradeció al Gobierno de México la cooperación para la 

extradición del narcotraficante, a través de un comunicado.