Actualizado hace: 931 días 6 horas 32 minutos
Roque Mendoza López
Instituciones siembran riesgos en manabí

Posterior al sismo que se suscitó en la provincia de Manabí el 16 de abril del 2016, de una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, es sorprendente la actitud de varias autoridades que están representando a instituciones públicas y privadas, que de una u otra manera tienen que ver con el incremento o reducción de los riesgos.

Miércoles 18 Enero 2017 | 04:00

Es importante que los manabitas tengamos presente que en nuestra provincia la aparición de los fenómenos naturales es una necesidad para que exista un equilibrio.
Significa lo manifestado que en toda actividad que realicemos o inversión que programemos debemos ejecutar un análisis de riesgos por sismos o seísmos, tsunami, sequía y fenómeno El Niño.
Por los sismos, las viviendas y en general toda obra civil que se construya en nuestra provincia, deben ser proyectadas para soportar movimientos de magnitud de hasta 9,0. La razón de lo manifestado es que, conversando con la historia, el 31 de enero de 1906 cerca al lugar en donde fue el epicentro del 16A, se dio un sismo de magnitud 8,8.
Respecto a los tsunami, no se tienen referencias de efectos adversos a causa de este fenómeno natural, pero es necesario actualizar los mapas que la ex Defensa Civil realizó en la provincia de Manabí. No olvidemos, es un evento probable, en cualquier momento puede aparecer. Richard Bowen dice: “es mejor estar preparados y no pase nada, antes de que suceda algo y no saber qué hacer”.
La sequía en nuestra provincia y de acuerdo a la historia, la última que soportó Manabí fue entre los años 1959 a 1962. A pesar de que en esa época había más vegetación, los problemas fueron graves por la falta de agua. Fue también la razón de la emigración de manabitas a otras regiones como Santo Domingo, Quevedo, El Empalme, etcétera.
Finalmente, el evento adverso El Niño (que provoca deslaves, deslizamientos e inundaciones), de recordación negativa, se dio en los años 1982-1983 y 1997-1998, y a más de pérdidas de vidas humanas, los daños materiales fueron cuantiosos.
Si lo indicado es una realidad, ¿por qué en nuestra provincia las instituciones públicas y privadas, en coordinación con la Secretaría de Gestión de Riesgos, no fortalecen al ser humano en lo cognitivo y construyen obras civiles, considerando las áreas y componentes de gestión de riesgos, para reducir la vulnerabilidad y evitar los desastres?
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