Los trabajos son para llevar un control y evitar la reproducción de mosquitos, particularmente del Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya.
La tarea, que se retomó con énfasis en diciembre pasado, consiste en visitar los barrios y sectores del cantón una semana entera cada mes, allí aparte de concientizar a los ciudadanos, se fumiga los tanques, se identifican y destruyen criaderos encontrados y se fumiga los alrededores.
Miguel Bunces, responsable de Epidemiología del centro de salud La Concordia, explica que la fumigación es apenas un 20 por ciento de solución a la proliferación, porque el producto no llega a los criaderos.
RESPONSABILIDAD. Bunces refirió que es la comunidad la que debe estar pendiente y evitar la formación de los criaderos.
Lamentó que pese a los años trabajando en este tema, los ciudadanos aún no asumen la responsabilidad que también les compete.
En los recorridos que hacen las brigadas siguen encontrando tarrinas, restos de juguetes y materiales plásticos en donde se acumula agua, siendo fuentes de reproducción.
Para esta temporada, explica Bunces, están abastecidos de suficiente material y equipos para intervenir, el problema está en la falta de personal para llegar al cien por ciento.
Él recomienda cuidarse a las mujeres que se encuentran en período de embarazo, por los daños que provocan estas enfermedades en el proceso gestacional del bebé. “Las mujeres se han olvidado del peligro, pues los índices de embarazos se mantienen en la región”, añade.