Él vive en el sector La Ventura, cooperativa 10 de Agosto. Habita junto a su hermano, cuñada y madre. Solo dice “tengo cinco años”.

Según sus familiares, Saúl tiene algún problema mental, por eso anda siempre empujando una roca de unos 40 centímetros.

Además recoje diferentes piedras y las trae a la casa. Junto a un terreno tiene un gran montículo de puras “piedrillas”. Cuando las trae las lava y las seca.

Margarita Contreras, madre, cuenta que su hijo sale todas las mañanas a empujar la piedra.

Cuando nació todo estaba bien, pero al pasar los años empezó a dar ataques epilépticos. “Lo lleve al médico y se le quitaron por un tiempo”, dijo.

El carácter de Saúl empeoró, golpeaba las paredes y dañaba la ropa, aseguró.  “Hubo un día que solo nos veía pero no nos decía nada”, agregó.

Ella actualmente vive en casa de su hijo Julio, porque la vivienda que tenía se desplomó. Además no puede caminar.

La piedra a la que considera su “amiga” la encontró hace unos dos años, dijo Contreras.

Durante los últimos años Saúl busca rocas y las arrastra hasta llegar al terreno donde antes él vivía con su madre.

Angélica Aranda, nuera de Margarita, cuenta que el estado actual de Saúl es riesgoso. “Sus manos están muy ásperas, recorre con sol y  lluvia. Llega con dolores de barriga y cabeza”, reveló.

Colombia Briones y Dolores Moncada, vecinas, indicaron que al lado de sus casas Saúl tiene el depósito de piedras. “Nosotros queremos que lo ayuden”, comentaron las moradoras.

Por la cantidad de piedras que Saúl tiene en el solar donde antes habitaba, las paredes de las viviendas de las vecinas están colapsando. “Queremos venderles esas piedras para que puedan construir una casita de madera, recalcó Colombia Briones. 

La familia de Saúl pide que lo ayuden con un tratamiento médico en un centro especializado, una casita, ropa y cama. Se pueden comunicar al número 09-8280-8253.