La figura recuerda al ser mitológico que habita en los Andes ecuatorianos y que representa la energía de la madre tierra (Pacha Mama en kichwa).

El Aya Huma es un personaje que forma parte de la fiesta solemne del Sol o Inti Raymi.

El personaje tiene una indumentaria propia, que lo cubre desde la cabeza hasta los pies y aparecerá en cada uno de los partidos de la sub-20.

Ser mitólogico. Entre los personajes de las fiestas andinas del solsticio de junio (llamados sanjuanes, hatun puncha o intiraymis) destaca el Aya Huma, con su disfraz de doble rostro. 

Según una publicación de El Telégrafo, este personaje se caracteriza por tener una máscara de colores y danza junto con un látigo. 

La denominación aya huma está compuesta por las palabras quichuas aya: fuerza, energía, poder de la naturaleza (que influyen en los seres humanos) y huma: cabeza, líder, dirigente y guía. En el contexto de la cosmovisión indígena es el líder superdotado, ritual y guerrero, poseedor de la energía de la naturaleza, según activistas culturales.

Iniciativa. Aunque en esta oportunidad el fútbol destacará a este ser mitológico que forma parte del imaginario indígena, no es la primera vez que el Aya Huma inspira a los ecuatorinos.

El 17 de agosto del 2016, dos viajeros ecuatorianos empezaron un viaje al que denominaron ‘Sin Máscaras por el Mundo’, usando la máscara del Aya Huma como ícono cultural.

Su periplo arrancó navegando el río Napo hasta el Amazonas, luego siguieron hasta Sao Paulo, para tomar un vuelo que los llevara a Ámsterdam y recorrer Europa, Medio Oriente y Asia.

Esta aventura se ha ido registrando en el portal web www.sinmascarasporelmundo.com. 

En ese mismo sitio se destaca la razón de esta iniciativa. “El motivo de viajar junto a este personaje, que forma parte de la identidad indígena de Ecuador, es “mostrar que hay realidades y culturas diferentes en cada rincón del mundo, y que aparte de saber de ellas, es necesario vivirlas y experimentarlas para llegar a conocer su esencia. Queremos mostrar que un mundo sin las presiones del dinero, de las culturas impuestas, del consumismo y del trabajo eterno también es posible”, señalan los viajeros que se identifican como Belén y Eduardo.