La década que el movimiento Alianza PAIS -realmente el “correísmo” por la gravitante y abrumadora incidencia de su líder el presidente Correa en el escenario político- deja la disyuntiva de continuar con el estilo y resultados que sus partidarios consideran la “década ganada” o la opción de cambiar aquello, que es lo que la atomizada oposición ofrece como su caballo de batalla por medio de sus 7 binomios de los que solo dos, según encuestas, parecerían tener reales opciones como para llegar a una segunda definitiva vuelta; en este graderío al resto de candidaturas las consideran una suerte de chimbadoras, que hacen favor al binomio oficialista conformado por dos vicepresidentes -el anterior y el actual- debilitando la tesis opositora que tanto pregonan, en una demostración de su afán de figuración o de ambiciones que en nada abonan al patriotismo que debe imperar en estas lides.

Acá en Manabí se presentan sui géneris situaciones electorales que habrá tiempo de comentarlas, en las que se mantiene la corriente antes mencionada, solo que con algunas figuraciones que denotan las mismas falencias que mencioné, con la carga de que en nuestro medio el actual régimen nos queda debiendo por realizaciones no cumplidas, cosa que se atribuye a la sumisión al régimen de nuestras actuales autoridades, que fueron elegidas para que por lo menos hagan oír la voz de las demandas ciudadanas, cosa que no ha sucedido. Enumerar lo adeudado es ocioso lo que se agrava con los efectos del terremoto que sufrimos principalmente en las dos ciudades más grandes de la provincia. Así que en los próximos días les seguiré transmitiendo lo que se escuche aquí en esta tribuna o graderío desde donde presenciamos esta carrera, principalmente a Carondelet, sin que le restemos importancia a la que lleva al hemiciclo legislativo que decoró Guayasamín, donde reinan las “diosas del Olimpo”.