La paleta de madera, las ollas de barro y el horno de leña, asegura la familia Cuzme Delgado, son las herramientas indispensables para que sus dulces sean vendidos y llevados a otros países.
Ellos son oriundos del sitio Higuerón del cantón Junín, y comentan que llevan 11 años dedicados a esta labor. “Siento que Dios nos apoya, porque en el tiempo que llevamos hemos alcanzado un gran éxito con nuestros productos”, dijo Yolanda Delgado.
La mujer indica que actualmente elaboran 40 variedades de dulces; entre ellos el enrollado, los troliches, alfajores, el manjar de piña, el dulce de guineo con naranja y otros más.
“Mi esposo hizo un horno, al principio empezamos realizando cuatro dulces, a medida que íbamos elaborando las personas nos hacían pedidos para fiestas y desde ese momento nos dimos cuenta que debíamos invertir en este negocio”, comentó.
Ella explica que utiliza los instrumentos ancestrales porque al momento de revolver la mezcla no corre peligro de quemarse, sobre todo porque al utilizar la paleta de madera no se le calientan las manos y puede sacar la mezcla con mayor facilidad.
Wilter Cuzme, otro miembro de la familia, indica que sus cuatro hijos les ayudan también fabricando los dulces, los cuales todos los domingos son vendidos en las ferias del cantón.
Según Cuzme, sus productos han sido llevados a Suiza, Panamá y otros países, por lo que esperan tener una marca que identifique los dulces. “‘Dulcería el cielo de azúcar’ es el nombre que deseamos ubicarle a nuestro producto”, manifestó.
Con respecto a los precios, varían, ya que hay porciones de 10 centavos, otras se expenden a cuatro por 25 centavos, también se fabrican tarrinas de manjar a $2, y el enrollado, que es uno de los dulces más vendidos, se expende en 50 centavos y hasta $1.
“A veces no es tanto la competencia, sino el sabor, el esfuerzo, amor, paciencia para atender a los clientes, que es lo más importante”, expresó “Yolandita”, quien considera continuar en esta profesión al igual que sus
hijos.