El último año fue de mucho sufrimiento y dolor para sus padres.
María, madre de la menor, pasó los últimos meses en Guayaquil en Solca, donde era tratada la niña. El 21 de diciembre los médicos le dieron el alta y también dijeron que ya no se podía hacer nada por su vida. Sus padres, con la esperanza de que la pequeña se salvara, la mantuvieron en el albergue por dos semanas más. El 1 de enero decidieron regresar a casa, en La Concordia, para que la niña comparta con la familia sus últimos días, pero en el viaje “ella cerró sus ojitos para siempre”, indicó la señora. La familia de la pequeña es de escasos recursos, por lo que piden ayuda económica para pagar el viaje desde Guayaquil, funeraria, entre otras cosas.