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¡Qué amanecida!

Cuando la mayoría estaba aún festejando la llegada del nuevo año, Noris Ramos mezclaba el pescado y la yuca en una olla de 20 litros.

Lunes 02 Enero 2017 | 04:00

 A las seis de la mañana el olor del encebollado atraía a decenas de clientes trasnochados por la rumba de la Nochevieja a su quiosco ubicado en el kilómetro cuatro de la vía Quevedo. 

Su madre y sus dos hijos la ayudaron desde esa hora en la tarea de revivir a los fiesteros que buscaban reponer fuerzas.
“Trabajo todos los días pero hoy (ayer) me levanté con la fe de venderlo todo y no me ha ido mal”, decía mientras servía una bandera, otro plato que también fue solicitado. 
Jairo Mendoza, uno de sus clientes, cuenta que comer encebollado el primer día del año, “es lo mejor para empezar el 2017 con todas las fuerzas”.
Muchos vendedores de ese plato guayaco trabajaron ayer y no les fue nada mal. 

Con pie derecho. José Quiñónez también se levantó temprano y salió desde su casa ubicada en La Cadena acompañado por sus dos hijos y el sol que le auguraba un buen día.
Empujando su triciclo llegó hasta la avenida Río Toachi cargado de 100 cocos.
Cuenta que normalmente cada sábado o domingo, vende 80 pipas. 
“Para mí no hay feriados y en la casa las deudas y las necesidades no esperan, anoche (el 31) me acosté temprano para levantarme con pie derecho”, dice.
Los turistas que se dirigen a los balnearios de la vía Aventura fueron sus principales clientes.
El éxodo de familias enteras con destino a los balnearios de San Gabriel del Baba y Julio Moreno empezó a sentirse con fuerza desde las 12h00.
El malecón de la comuna San Gabriel del Baba fue uno de los puntos preferidos para calmar el intenso calor con el que inició el 2017.
Freddy Santos, turista quiteño, estuvo acompañado por su esposa. “Hay que disfrutar este feriado”, señaló.

Cero comercio. El agitado movimiento comercial que puso de cabeza al centro de la ciudad en las últimas semanas ayer quedó para la historia.
En las calles céntricas muy pocos locales abrieron sus puertas.
Mientras que algunos fiesteros seguían con la farra, otros malanochados dormían profundamente sentados o acostados en las veredas. 
En algunos puntos de la ciudad, como en la vía Quevedo a la altura de la entrada a la cooperativa Nueva Provincia hasta el mediodía de ayer los monigotes que representaron el 2016 aún eran quemados.
Según datos de la Empresa Eco Ambiental, el movimiento comercial y familiar de Navidad y Fin de Año disparó las cifras de desechos recolectados.
En un día normal se recogen 300 toneladas durante el día y la noche. 
Mientras que en estos días esa cifra se recolecta solo durante la mañana y la tarde.
Hoy el feriado sigue y los balnearios de Santo Domingo esperan por más trasnochados. 
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