Él asegura que sus ventas bajaron desde el lunes, cuando se cumplió el retiro de dichos vendedores.  

Ahora está pensando en volver al antiguo local que ocupaba en la avenida 114, cerca al Cuerpo de Bomberos de Tarqui, donde trabajó nueve años con la venta de productos al por  mayor y menor. El lugar lo dejó tras el terremoto.

Tigua dice que la zona donde se quedó luce deprimida, porque no hay el movimiento que generaban los comerciantes apostados en las calles. 

Agregó que se mantendrá hasta la primera semana de enero y luego se cambiará a la avenida 114, zona que ya  se está reactivando.

Silvia Arteaga también experimenta la soledad del lugar y la falta de ventas. Ella manifiesta que vio una oportunidad de trabajo en la zona del mercadillo de la 4 de Noviembre y alquiló un pequeño local, donde hizo crecer su negocio de ropa para niños. “No había día que no vendiera, y la Navidad fue excelente. Ahora  me tocará quedarme hasta que se me termine el contrato del alquiler, para luego volver con mi negocio a mi casa hasta encontrar un local barato en otra zona comercial”, revela.

En este lugar hay cerca de ocho negocios en iguales condiciones.

 

>bajas ventas. También en la parroquia Eloy Alfaro la salida de los comerciantes de Tarqui ha generado ausentismo de público y bajas ventas.

Aquí, no solo los negocios en locales alquilados que nacieron tras el terremoto sufren la falta de clientes, sino también los minoristas de esta parroquia que se acostumbraron a trabajar todos los días en las calles de esta parroquia.

Narcisa Cevallos confía en que los clientes que ganó en este lugar la visiten en su local de ropa.

Ella es de Portoviejo, y decidió ubicar su negocio en Eloy Alfaro. Ahora está preocupada porque las ventas comenzaron a bajar debido a la menor presencia de público.

En Los Esteros la situación es diferente, porque siempre estuvo el mercado. 

Sin embargo, sí se experimentan bajas en las ventas, señala Miguel Medina, comerciante de carne. Él confía en que los clientes que ganó lo sigan visitando.