Los trabajos iniciaron el 10 de enero y tenían que culminar el 10 de junio, pero aquello no se cumplió.

La obra fue concluida tres semanas después de lo previsto. 

Ahora todo depende del uso prudente que se le dé a esta arteria vial de 1.9 kilómetros de longitud.

Por ejemplo, para esos conductores amantes de la adrenalina les aconsejo participar en los “rallys” y no abusar de la velocidad en una vía urbana. 

También hay que advertir a los motociclistas que se creen pilotos “extremos” en una ciudad donde los accidentes están a la orden del día.