El municipio español de Peñaranda de Bracamonte, en la localidad de Salamanca (España), se convirtió en el centro de la atención mediática cuando la iglesia de la Ermita del Humilladero encargó a un vecino la restauración de una talla de San Miguel Arcángel del siglo XVII y el resultado no fue el esperado. Los habitantes de la localidad, que tiene unas 6.500 personas, calificaron el trabajo como “horroroso”, “ridículo” y “un atentado”.