La noticia tuvo pies de gacela. El presidente Correa iba a recorrer en unos minutos el centro de salud. Era una visita inesperada. En el área de pediatría, la empleada que hace limpieza empezó a trapear el piso. Otra arregló los escritorios. Se pidió que quienes se encontraban allí usaran mascarillas. Todos, sin excepción. Una enfermera empezó a repartirlas. Un doctor se reveló y la enfermera lo regañó. Él hizo caso. La tensión era un paciente de última hora en esa área del centro de salud del IESS de Los Esteros. Después del terremoto y la destrucción del hospital del Seguro Social de Manta, esa dependencia atiende a los afiliados y a sus hijos menores de 18. Una madre que estaba con su hija de cinco años tenía preparado lo que le iba a decir a Correa.