Esa es la huella que ha dejado el proceso en Ciudad del Carmen, México.
La cara positiva es la lucha diaria de los trabajadores de las plataformas petroleras, auténticos guerreros de un sector cuyo futuro parecía hasta hace poco promisorio con la apertura a la iniciativa privada del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, pero que es blanco de constantes ataques, el último por el incendio de una petroquímica que dejó 32 muertos y decenas de heridos en el estado de Veracruz.
En la puerta de entrada a la Sonda de Campeche, el impacto por la caída de los precios del petróleo ha golpeado a todos por igual. Contratistas, hoteleros, dueños de restaurantes y bares, taxistas y hasta vendedores callejeros. Nadie se libra del drama, como pudo constatar Efe en una visita a Ciudad del Carmen, población del estado de Campeche, fundada en 1717, antiguo refugio de piratas, bastión militar y hasta cárcel.
La suspensión de trabajos de exploración y perforación de nuevos pozos y la cancelación de contratos a empresas mantienen apagadas 73 plataformas, de las cuales 65 eran alquiladas por Pemex al sector privado y ocho son propiedad de esta compañía, símbolo del nacionalismo mexicano desde la expropiación petrolera del general Lázaro Cárdenas en 1938.
>costo de la crisis petrolera. Si a los trabajos directos sumamos los indirectos, el número de empleos desaparecidos en Ciudad del Carmen es de 35.000, según Javier Hurtado, propietario de empresas de servicios de consultoría y capacitación.
Anuncios de “en renta” ó “se vende” abundan en naves industriales y complejos de viviendas. Las habitaciones, que costaban 40 dólares la noche, ahora se malbaratan a 9. La asignación presupuestaria pública para la Sonda de Campeche ha pasado de 6.380 millones de dólares, en el 2014, a 4.300 millones en el 2016.
En medio de este escenario de tensión e incertidumbre, unos 16.000 trabajadores luchan todos los días por un sector en crisis, alejados de sus familias. Este ejército de hombres y mujeres apenas se distingue en el amasijo de fierros retorcidos que penetran en las aguas y extraen del fondo marino el oro negro que no deja de fluir.
Fuentes del sector aseguran que en el 2015 trabajaban en la Sonda de Campeche 25.500 personas, pero con datos de abril del 2016 suman 16.626. Sólo los de Pemex han sufrido un recorte, de 5.500 el año pasado, a 4.083 este año.
“Es una de las crisis más complicadas que hemos tenido en el sector, no solo de Ciudad del Carmen ni del país, sino a nivel mundial”, afirma Luis Fernando Rueda Flores, del Corporativo Industrial y Comercial, que ofrece servicios de logística terrestre a Pemex.