Especialmente el techo sufrió daños que ocasionaron su caída el 9 de mayo, informó el sacerdote Modesto Escudero. Dijo que escucharon un fuerte estruendo con la caída del techado.

El párroco recordó que el 16 de abril celebró un matrimonio y diez minutos después de que las personas abandonaron la iglesia se dio el devastador terremoto.

Afortunadamente no hubo desgracias personales que lamentar.

Desde ese día las misas se celebran en las afueras del templo, bajo carpas y en un espacio reducido, manifestó.

Dos meses después de caerse el techo han empezado los trabajos por parte de los mismos habitantes de la parroquia, quienes colaboran con la mano de obra. 

Belkis Alvia, profesional en arquitectura, indicó que comenzaron con la demolición de lo que quedó del techo, después colocarán la estructura metálica y posteriormente las planchas de panel, que serán la nueva cubierta, dijo.

Indicó que las paredes de la iglesia y las columnas están en buen estado y no serán derrumbadas.

Los trabajos de adecuación de todo el templo llevarán aproximadamente un mes y medio, y tendrían un costo de 28 mil dólares, informó.

Varios moradores señalaron que la iglesia no solo es el lugar para expresar su fe, sino para el reencuentro con familiares y amigos, por lo que al no tener este espacio se sentían mal.

Ante esto tomaron la iniciativa de emprender la reparación del templo para, en pocas semanas, volver a la misa en el lugar que siempre los acogió.