Fue ayer, durante la donación de 41 sillas de ruedas a igual número de personas con problemas de movilidad de la provincia, que Routh se dirigió a los asistentes. “Espero que esta ayuda les permita ser independientes como yo”, señaló.

Tiene 37 años y parálisis cerebral, contó su padre Don Routh, el creador de la Fundación Wheelchair (sillas de ruedas) de California, Estados Unidos, para quien su hijo fue la inspiración que lo llevó a iniciar esta ambiciosa empresa en el año 2000.

 

>INDEPENDENCIA. Viendo que muchas personas no tienen acceso a una silla de ruedas, lo que les cierra la oportunidad de ir a la escuela, Routh inició la cruzada en las escuelas, con maestros, padres de familia y estudiantes.

En estos 16 años han entregado más de un millón de sillas en 150 países, contó.

Su hijo ha realizado 27 viajes a 18 países de América Latina, llevando su mensaje de esperanza e independencia a quienes, como él, no pueden caminar.

El club Rotario La Puntilla, de Guayas, gestionó la donación que fue coordinada entre las diócesis de Guayaquil y Portoviejo. 

El presidente, Kléber Vaca, dijo que es un gusto ver cumplidos los anhelos rotarios de solucionar problemas de los hermanos que más lo necesitan. En tres años el club ha donado 3.000 sillas de ruedas en el país. 

A la entrega, realizada en Casas Hogar de Cristo de Portoviejo, asistieron 22 padres, estudiantes y maestros de las escuelas donantes.

Entre los beneficiados estuvo Francisco Murillo, de Bahía de Caráquez, alumno de la escuela especial de esa ciudad. 

También llegó Graciela Ganchozo a recibir las sillas para sus hermanos Homero y Carmen.

Por la diócesis de Portoviejo estuvo Manuel Cedeño, vicario de Pastoral.

Los asistentes entregaron a los donantes lo que los Routh, padre e hijo, pidieron: “una sonrisa y un apretón de manos”.  Y también aplausos por la solidaridad demostrada.