Un simulacro de atentado con rehenes en un tren en la estación olímpica de Deodoro reunió ayer por primera vez a todas las fuerzas que participan en el plan de seguridad para los Juegos Olímpicos de agosto en Río de Janeiro, en un momento en un que el país se encuentra en “alerta amarilla”.
En el ejercicio, que involucró a cerca de mil personas, entre policías, militares, agentes y figurantes, se simuló la explosión de una “bomba sucia” en un vagón del tren en el que dos terroristas generaban pánico.